“Un día ella se me acercó y me dice: mami, quiero ir a Estados Unidos, ayúdeme. Mi hija no tenía trabajo, había mandado carpetas, pero nadie le llamaba”. Sandra Guiracocha relata la historia de la partida de su hija, Lizbeth, sentada en una habitación de su casa, en Cuenca, rodeada por sillas plásticas que emulan una sala de estar. “Además, ella decidió irse porque tenía mucha discriminación por ser más varón que mujer. Ella me dijo que allá nadie le iba a juzgar. Y yo le ayudé”, dice la mujer en un susurro, con vergüenza.
A finales de 2019 Ecuador publicaba los datos más recientes sobre relaciones familiares y violencia de género contra las mujeres; las tres provincias que conforman el Austro ecuatoriano estuvieron entre las que más declararon hechos de violencia, con Azuay a la cabeza: cerca de 80 de cada 100 mujeres han experimentado algún hecho violento en su vida. Esta violencia también ha propiciado que las mujeres dejen Ecuador. Es el caso de la cuencana Lizbeth Yolanda Topón que desapareció el 28 de agosto de 2021.
Lizbeth vivía con su madre, Sandra, quien vive de vender loterías en el centro de la ciudad, en una pequeña casa que se alza entre chacras y el camal de Cuenca. A mediados de 2021 Lizbeth le dijo a Sandra que quería irse a Estados Unidos para hacer dinero. La idea era quedarse unos cinco años, sostenerse económicamente y regresar, porque en Ecuador no conseguía un trabajo con un sueldo fijo. De vez en cuando ayudaba a Sandra con la venta de lotería y a vender paraguas, pero no era suficiente. Estaba ya cansada de no tener un empleo adecuado, formal.
A esto se suma el hecho de que Lizbeth —delgadita, de pelo corto y quijada fuerte, quien tenía una complexión considerada “masculina” debido a que tomaba medicamentos por una condición renal—prefería que la llamaran Andrés. Sandra —la mirada baja, esa voz avergonzada— se repite que ella apoyó a su hija para que viajase; para que ganara dinero y para que no se sintiera señalada por lo que ella había decidido ser. Aceptó ayudar a su hija y obtuvo un préstamo de 17,500 dólares para pagar al coyote.
—Habíamos encontrado una persona que nos quería cobrar 8,000 dólares, pero el viaje era por el desierto. Yo por miedo al desierto decidí pedir más para que cruzara sin problemas— dice Sandra.
El 24 de agosto Lizbeth salió de Cuenca con dirección a Ciudad Juárez. Desde allí, el 27 de agosto Lizbeth, que ahora era Andrés, le mandó un mensaje a Sandra: “Mami ya voy a salir”. Ese mismo día, Lizbeth envió un video por WhatsApp en el que dijo: “Mi nombre es Andrés y estamos en El Paso, Texas”.
Ese archivo, esas imágenes en movimiento, en las que Lizbeth grabó el video en un carro que está circulando, es el último testimonio que tiene Sandra de su hija.
El 28 de agosto, un día después de recibir el video, Sandra quería desearle un feliz cumpleaños a Lizbeth, pero en lugar de eso, terminó haciendo llamadas al coyote.
—El coyote me dice que ella se había quedado en el puente de Juárez. Y yo le digo que por qué le dejaron allí, y me dice que no, que allí se quedó y que no pueden hacer nada. Luego de dos días me dice el coyote que ella está secuestrada. Y el coyote desapareció.
El 2 de septiembre se encontró el cuerpo de una mujer en Ciudad Juárez. La noticia llegó al Facebook de las hijas de Sandra, que ya habían comenzado a buscar a su hermana por las redes sociales.
—Una señora nos da la noticia por el Face de mis hijas. Ella dice que ha visto cómo han levantado el cadáver. Nos dijo que tenía los mismos rasgos. Pero no sé si será verdad, si será mentira— dice Sandra.
Ya ha pasado un segundo cumpleaños de Lizbeth, y Sandra y su familia, a pesar de que ya se hicieron las pruebas de ADN para compararlas con las muestras obtenidas del cuerpo hallado, a pesar de que tanto desde México como de Ecuador les han dicho que les van a ayudar, todavía viven con la incertidumbre de no saber qué pasó con ella.
La historia de Lizbeth no es la única que tiene una relación con la violencia. El 21 de agosto de 2021 —tres días antes de que Lizbeth saliera de Cuenca—, Jazmín Lema, de 21 años, dejó Biblián, ciudad de la provincia del Cañar, junto a su hija de tres años y su novio de 17, para dirigirse hacia México y llegar a Estados Unidos, en donde su mamá ya vivía desde hace dos años.
Jazmín dejó Ecuador porque fue violentada físicamente por el padre de la niña, por lo que contaba con una boleta de auxilio (un documento que entrega una unidad judicial para evitar que un agresor se acerque a una mujer) cuando partió hacia México.
Según lo narrado por la madre de Jazmín a la organización 1800 Migrante, la pareja y la niña tenían planeado llegar a Tijuana. No obstante, por un control migratorio que no especificó el coyote, tuvieron que bajarse del bus que los llevaba hacia la frontera y empezar a caminar. En el trayecto Jazmín se desmayó y empezó a sangrar por la nariz. Al verla inconsciente, el joven cargó a la niña y buscó ayuda, que encontró en un policía a quien narró lo sucedido. Enviaron a los paramédicos, pero cuando llegaron encontraron a Jazmín sin vida.
El caso resonó en Ecuador, sobre todo porque se visibiliza a una niña que había salido con su madre para buscar otra vida en Estados Unidos. Después del suceso, la Cancillería de Ecuador repatrió el cuerpo de Jazmín, mientras que los menores de edad quedaron bajo custodia del Departamento de Servicios Sociales de Arizona.
Eso inició una batalla judicial: por un lado, el padre quería que la niña fuera deportada a Ecuador, y por el otro, la madre de Jazmín había solicitado quedarse con ella. Tras varias semanas, las autoridades de Estados Unidos decidieron no hacer la deportación, y el 23 de diciembre de 2021 una azafata entregó a la niña a la madre de Jazmín en New York, en donde a la abuela le habría gustado recibir también a su hija.
Lizbeth Yolanda Topón Huiracocha, quien se auto identificaba como Andrés Marqués, de 20 años de edad, quien desapareció en septiembre del 2021, se encuentra en la lista de personas originarias de Ecuador que 1800Migrante busca en Ciudad Juárez. William Murillo, presidente ejecutivo de la organización, asegura que por la publicación de fotos de este ciudadano en medios de comunicación y en redes sociales, tanto en Ecuador, como en Estados Unidos y México, se recibió información de que supuestamente fue asesinado en la comunidad juarense. Pero ha pasado un año y las autoridades mexicanas aún no logran su identificación.
—Se pasan la pelotita, de la cancillería (ecuatoriana) a la fiscalía mexicana y de la fiscalía mexicana a la cancillería—, afirma Murillo.
Dice que los “coyoteros” le mienten a la familia de Topón: le dicen que la dejaron abandonada, luego que fue detenida, y que si deben saber de ella deben enviar más dinero para conocer su paradero. Se cree que fue secuestrada por los traficantes de personas.
La Fiscalía de Chihuahua informó que Topón Huiracocha desapareció el 7 de septiembre de 2021 y que el caso está a cargo de la Fiscalía General de la República (FGR) y “el Consulado de Ecuador en Ciudad Juárez”; sin embargo, en esta frontera no existe representación diplomática de Ecuador. Los consulados están ubicados en Chiapas y en la Ciudad de México, a 2600 y 1900 kilómetros de Ciudad Juárez respectivamente. Las autoridades mencionan que han tomado las muestras de ADN a Sandra y el resto de la familia, pero que aún no se recibe el resultado de una prueba de confirmación para avanzar con la investigación.
El cuerpo identificado como el de Lizbeth Topón, quien se hacía llamar Andrés Marqués, tiene registrado como causa del fallecimiento “muerte natural” y permanece en las instalaciones del Servicio Médico Forense en espera de la confirmación de las pruebas para la entrega a la familia.
Este proyecto es una investigación colaborativa de El Mercurio en Ecuador y La Verdad Juárez